A fuego lento: 13
A fuego lento de Emilio Bobadilla Segunda parte Capítulo I Alicia, convertida en madame Baranda, recibía los jueves en su elegante aparteman, como ella decía, de la rue de la Pepinière. A la entrada del recibimiento, separado de la sala por una cortina de raso color de malva, había un biombo chino. El mobiliario era de estilo de Luis XVI. Junto a un piano de cola, que casi nunca se erguía, como un avestruz en una pata, una gran lámpara japonesa con su pantalla pajiza. La alfombra, que cubría todo el piso, era azul. En los ángulos, palmeras y otras plantas de estufa abrían sus hojas finas y verdes. Un retrato, de cuerpo entero, del doctor ocupaba el hueco entre los dos balcones de la calle. De las otras paredes pendían, en trípticos de marcos dorados y verdes, reproducciones de Filippo Lippi, de Ghirlandajo y Botticelli. Sobre la chimenea, a cuyo pie ardía una salamandra, se destacaba un reloj de bronce entre dos candelabros de Sajonia. En el centro del salón, sobre...
Está viendo el 10% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas