A flor de piel: 03
A flor de piel de Antonio de Hoyos y Vinent Capítulo II Elle est la fleur superbe et froide des poisons, et le péché mortel aux âcres floraisons de sa chair vénéneuse en parfums noire transpire. ALBERT SAMAIN. -¿Entramos, sí o no? El automóvil había descendido rápido, y después de penetrar en la puerta del Sol, girado y desaparecido a su vista, cuando Julito formuló su pregunta encarándose con el general. Iba éste, propicio siempre a cuanto significaba estudio, a contestar afirmativamente, cuando el marqués intervino atajándole la palabra: -Ustedes harán lo que quieran; en cuanto a mí, tengo que madrugar para asuntos del Ministerio, y no puedo acostarme a las mil. -Yo también debía madrugar -afirmó Julito, por no parecer menos, llevado de aquel loco prurito que le hacía desear ser en los bautizos el recién nacido, en las bodas el novio y en los entierros el muerto-; pero no puedo, no tengo naturaleza para ello. -A mí me espanta madrugar -y hablaba...
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