No está probado que la lucha por la diversificación económica en Cuba, frente a las ventajas específicas que ofrecía la caña de azúcar, tuviera el éxito esperado. Lo que sí parece arrojar luces sobre esta realidad es el hecho de que a todo lo extenso del territorio nacional cubano se desarrollaron paralelamente otros cultivos tropicales y formas de aprovechamiento económico diferentes al azúcar. Diversos productos como el café y los cultivos menores –el plátano, los cocos, el henequén o la piña–, así como la ganadería y la explotación forestal, propiciaron la existencia de núcleos rurales en los que se desarrollaron diferentes actividades económicas, cuyos intereses y perfiles culturales presentaron características diferenciadas. La historiografía sobre Cuba, en sentido general, ha dado un énfasis especial a la primacía del azúcar en la economía cubana en detrimento de la posible consolidación de otros cultivos comerciales y/o de subsistencia, garantes...