La agricultura en Africa Se trata de una agricultura fundamentalmente extensiva e itinerante, permitida por la existencia de amplios espacios. La falta de capitales y de conocimientos técnicos, el uso de instrumentos manuales, tales como la azada o «daba», utilizados en explotaciones pequeñas, originan rendimientos bastante bajos: 8 Qm/Ha de sorgo; 10 Qm/Ha de cacahuetes; 5 Qm/Ha de mijo. La agricultura de las estepas sahelianas se enfrenta con la escasez de agua, mientras que las sabanas del Sudán reciben fuertes lluvias con efectos erosivos que conforman un tipo de suelo arable en muy poca profundidad y, muy a menudo, de calidad mediocre. En general, la escasa preparación técnica, unida a la débil protección de las tierras (arado muy superficial, ausencia de abonos, daños ocasionados por el clima, erosión, etc.) y las pérdidas en almacenaje, impiden obtener grandes rendimientos en cosechas como: cacahuete, algodón y cultivos de huerta (Senegal, Niger, Nigeria). En algunas zonas privilegiadas, como Costa de Marfil, se practica el cultivo del arroz regado: cerca de 10.000 Ha que produjeron, en 1976, 450.000 t de arroz tipo paddy (Francia produjo en el mismo año 37.000 t de esta misma variedad). La zona ecuatorial es el dominio de la selva densa, cuya madera se explota frecuentemente. Los cultivos de plantas alimenticias (mandioca, ñame, arroz, maíz, etc.), a menudo itinerantes y con expansión muy limitada, coexisten con ricas plantaciones de café, cacao, plátanos, caña de azúcar, palmeras de aceite o heveas. Estos grandes cultivos aseguran a algunos países la partida más importante de su renta nacional. Ghana es el primer productor mundial de cacao, Costa de Marfil el tercero de café, y Nigeria el segundo de aceite de palma. En Africa occidental y central la mayor parte de la población vive de la agricultura, predominando las explotaciones pequeñas. La tierra se considera algo sagrado y todos los derechos son colectivos. El trabajo del campo se encomienda, con frecuencia, a la mujer. Numerosos planes de reforma tienden a conseguir los siguientes objetivos: desarrollar las técnicas y mejorar la productividad; modificar las estructuras sociales que a veces obstaculizan la inserción del joven en el medio rural; modificar también las estructuras agrarias, caracterizadas por la dispersión de las parcelas; finalmente, desarrollar el nivel de formación técnica de los hombres y modificar los comportamientos tradicionales. En Africa oriental se cultiva el maíz, la mandioca y la batata, así como la caña de azúcar, el café y el té. Se dan también explotaciones pequeñas (de 1 ó 2 Ha) junto con grandes dominios (de más de 1.000 Ha) creados por los europeos y cultivados con medios modernos.