El espectro del hambre Lo más urgente de todo es resolver el problema de la nutrición y de la dignificación de las condiciones de vida de 6.000 millones de individuos. ¿Acaso la revolución informática y las computadoras van a poder resolver este angustioso problema de nutrición y reparto de las riquezas? Es probable, y el optimismo en este sentido es una necesidad imperiosa. Sabemos ya que la industria puede fabricar alimentos sintéticos y que a partir de la soya podemos obtener esas proteínas que son tan necesarias para las poblaciones desnutridas del mundo. En cuanto al programa, será tarea de los países desarrollados el llevarlo a cabo, ya que, paradójicamente, los países pobres parecen más ávidos de adquirir un poder industrial, militar o incluso de armamento nuclear, cuando la lucha contra el hambre debería ser su única ideología, para ayudar a escapar de la miseria, y, por tanto, de la muerte, a millones de seres humanos. Pero volvamos al futuro de la medicina, aun cuando el problema del hambre en el mundo en el año 2000 no pueda resultarle ajeno. Todos los especialistas de prospectiva nos predicen un futuro informatizado en todos los terrenos, comprendido el de la medicina. En agosto de 1980, durante el primer Congreso de futurología de Toronto, se insistió mucho sobre la irrupción de la computadora en la medicina, que aparece hoy como la clave de su porvenir. La salud le deberá sus éxitos y sus progresos. Siendo ya todopoderosa, condiciona los increíbles adelantos de la farmacología y de la genética, que acabarán revolucionando la medicina.