El desarrollo del libro durante la Edad Media
El cristianismo y los libros En el transcurso de la historia, los cristianos han aparecido a menudo como los grandes destructores de libros, cuya primera manifestación fue el incendio de la inmensa biblioteca de Alejandría en el 391. Sin embargo, el cristianismo es una religión elaborada sobre los textos sacros y ha contribuido al mantenimiento y al desarrollo de la actividad de los copistas, así como también a la expansión del uso del códice, más fácilmente de ocultar en los períodos de la persecución. Los s. V y VI de la era actual, que constituyen el apogeo de los reinos bárbaros, se caracterizaron por una disminución muy evidente de la actividad económica y de los intercambios, por una decadencia de la administración y por la de los textos y el derecho escrito originariamente en latín. A lo largo de este período, el papiro deja de ser un elemento corriente y la producción de pergamino se hace muy pobre. Pero la nueva religión toma el relevo del poder político desfalleciente, en particular a través de la acción de los monasterios. La orden de San Benito impone a los monjes, una división de su tiempo entre el trabajo manual, el trabajo intelectual y la oración. El trabajo intelectual se fundamenta en la lectura y la oración y tiene su base en los libros, hecho que explica que una gran parte del trabajo llevado a cabo en los monasterios consista en la reproducción de textos escritos.
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