Cuando la luz crea electricidad
Fabricación costosa La utilización de fotopilas parece ideal, y tenemos que preguntarnos por qué no está más extendida. Por tres razones. La primera es el rendimiento relativamente bajo de la conversión fotovoltaica: alrededor del 10 por 100 para las fotopilas comerciales. Para facilitar una potencia de 1 kW, cuando el Sol está en el cenit y el cielo está claro, se necesitan 10 m2 de pilas fotovoltaicas. La segunda razón es la dificultad y el elevado coste del almacenamiento de la electricidad: una fotopila es improductiva de noche, y produce poca corriente cuando el cielo está cubierto: para satisfacer una demanda regular hay que utilizar baterías pesadas y costosas. La tercera y principal razón es el elevadísimo precio de las células solares comerciales. Las únicas fotopilas utilizadas corrientemente están constituidas por platillos de silicio, de un espesor de una décima de milímetro, que deben reunir unas características muy estrictas: ser de un silicio extremadamente puro (menos de una millonésima parte de impurezas) y que se encuentre en un estado perfectamente cristalino.
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